Blog de Margarita y Esperanza

El diario de vida que todavía no pueden escribir.

28 julio 2006

Las piruetas


Margarita sigue progresando en lo que a conquistar destrezas se refiere. Aunque en el desarrollo de su inteligencia emocional y habilidades intelectuales ha demostrado ser una adelantada (al mes sonrió intencionadamente; al mes y medio oficialmente rió y emitió sus primeras vocales y desde que nació que mira fijo y sigue objetos con la mirada) su desempeño físico ha sido objeto de cuestionamientos. Luego del bochorno del control pediátrico de los dos meses, en que el Dr Boldrini la etiquetó de "gordita" además de "flojita" en materia de piruetas avanzadas, Margarita y sus entrenadores personales se han esmerado.

Luego de semanas de esfuerzo, hoy hace su "abdominal" con gran control cefálico y ya levanta la cabeza, en lo que los "técnicos" denominan la posición lagarto. A continuación, la evidencia:



Hace ya semanas que se chupa las manitos...

Se lleva juguetes a la boca...

Y lee el diario con su madre.

Una adelantada, ¿no?

13 julio 2006

On the road...


Las primeras vacaciones de Margarita fueron ¡como no! a tierras sureñas. La creatura fue a mostrar sus cartas credenciales a sus relaciones, acompañada de sus orgullosos padres. Nostálgicos permanentes de Chiloé, de los amigos y amigas portovarinos y de la lluvia, marcamos rumbo Sur por diez días. A continuación algunas imágenes de esta road movie:

Primera parada: Talca, la perla del Piduco, en la casa de los abuelos maternos.


Recorriendo Puerto Varas con Felipe Bañados, el papá y el recientemente adquirido sureño, Matías Medina.


El look del viaje: su calcetín achilotado...


La vista al amanecer de las cabañas en que nos quedamos en Castro... no esta mal, ¿no?

Las callecitas de Castro tienen ese "¡que se sho!"

Con el papito viendo concentradísimos el Mundial de Futbol... (que entretenido... ufff!)

Una sobredosis de cachetes: Margarita y su amiga Celestita Bañados Medina. Ojo con los colores que usan las amiguis, nada de rosado ni colores pastel. Viva el verde oliva miéchica...
Tanta risa, tanta amistad, tantisimo amor que apareció en cada una de las esquinas. Ahaaa... Que bien lo pasamos, ¿no?